Cumpliendo el sueño de mi vida – Claudia, voluntaria de Suiza

 

Autora: Claudia Rederer. Voluntaria en Consciente.


 

Se caracteriza por cerrar, mirar hacia atrás y decir adiós después de casi 5 meses de participación e inmersión aquí en la Fundación. Lo que quedará, estoy segura, es que ha sido una experiencia profunda, maravillosa y muy importante para mí y estoy profundamente agradecida por ella.

 

Un viaje soñado, pero ¿a dónde ir…?
Para mi 70 cumpleaños, quería cumplir un viejo sueño mío  y realizar una misión en el extranjero en un proyecto significativo. En el sentido de «Si no es ahora, ¿Cuándo será …?».
Quería sumergirme otra vez y completamente en otra cultura y experimentar lo más posible de la vida cotidiana. También quería experimentar cómo sería trabajar en una organización diferente. Quería aprender muchas cosas nuevas y también ver qué podía aportar a mi manera y con mi experiencia personal y profesional. Ya puedo anticiparlo: ¡Estos deseos se cumplieron completamente durante mi voluntariado en Consciente!

Una chispa de alegría al escuchar el “Proyecto Consciente”, ¡pero en El Salvador…!
Al principio de mi investigación sobre un voluntariado en el extranjero, me sentí abrumada por la cantidad y la muy diferente calidad de las oportunidades de voluntariado y me preguntaba dónde acabaría mejor. Cuando me puse en contacto con SCI (Service Civil International), la chispa saltó de inmediato cuando su responsable me recomendó el «Proyecto Consciente». Enseguida me gustó el proyecto, su evidente calidad y la página web. Sin embargo, primero el choque: «¡Pero no a El Salvador…..!». Asesinatos, peligro, clima tropical, vuelo largo, viaje complicado… eso era todo lo que sabía al respecto.

Al mismo tiempo, sentí que me atraía este proyecto fuertemente y decidí aclarar mejor estas imágenes y suposiciones.  En el transcurso de mis investigaciones y de saber más, se disolvieron lo suficiente como para que diera el paso. La cuestión de mis posibles áreas de trabajo como psicóloga/psicoterapeuta seguía abierta. No acababa de imaginarme qué podría aportar a este programa educativo sin ser docente.  Una llamada telefónica con Chendo e Idalia me hizo ver que veían interesantes oportunidades para mí en los tres programas. Así que este medio año sabático tomó forma y sentí una profunda alegría porque estaba a punto de hacer realidad el sueño de mi vida. Sólo me quedaba ánimo, claridad y también respeto por lo desconocido – pero nada de miedo.

¿Cómo prepararme para esta aventura…?
Al mismo tiempo, sin embargo, también sabía que a mi edad y con mi salud no del todo intacta, necesitaría tiempo suficiente para adaptarme y hacer la transición a este gran cambio de husos horarios, clima y modo de vida.  Así que tenía claro que quería planificar el tiempo suficiente tanto al principio como al final de mis seis meses para llegar, acostumbrarme… y luego poder hacer la transición con cuidado de nuevo al final.

Lo conseguí: 3 semanas de estudio del idioma al principio y unos días de descansar, estar y viajar al final. Me preparé para la interrupción de mi consultorio psicoterapéutica (anunciada a tiempo), hice las aclaraciones y gestiones médicas necesarias y me despedí de mis nietos, hijos adultos, pareja y amigos. A finales de septiembre, embarqué en un avión – y comenzó el largo viaje interior y exterior.

Primeras impresiones y el equipo Consciente… 
En la 3ª semana de octubre, tras 3 semanas en la costa, donde repasé mi español con un profesor de idiomas en El Zonte, inicié mi siguiente viaje a otro mundo, a Morazán. Como primera voluntaria viviría en privado con una compañera de Consciente, Aracely y su hijo Cris que abrieron su casa y corazones para mi.

Me sentí bienvenida y apoyada por el equipo consciente desde el principio y experimenté mucha amabilidad.  Me alegré de la primera semana, cuando pude ir a algunas visitas a escuelas y eventos, porque después se acababa el año escolar.  La franqueza y la alegría del equipo de Consciente, nuestra cooperación, su compromiso y su ánimo en el trabajo son la impresión más fuerte de mi estancia, y lo que me ha tocado profundamente en mi corazón. Algo muy divertido eran los almuerzos en el comedor de Consciente, con risas, intercambio y nuevas informaciones sobre fruta, verdura y comida  típica de El Salvador. Me sentía muchísimo parte de «la familia Consciente» en estos momentos!

Las condiciones en Consciente para un voluntariado son  muy agradables y permiten mucho margen de maniobra. Al mismo tiempo, requieren mucha independencia e ideas propias para aprovechar bien el tiempo. Tuve que tomar la iniciativa en cuanto a cómo y dónde quería y podía ser activa. Este cierto «vacío» al inicio fue un reto. En conversaciones con algunas de mis colegas surgieron gradualmente oportunidades que podía desarrollar y materializar junto con ellas y ellos a lo largo de los meses.

Fue sorprendente y satisfactorio utilizar prácticamente todo lo que había aprendido en mi vida…
Entre otras cosas, participé en las entrevistas de selección y eventos en el programa de Becas, coorganicé dos jornadas de equipo sobre el tema «Salud Mental», coorganicé una jornada de mujeres sobre «autocuidado» y una jornada de formación para las nuevas  personas facilitadoras del Programa Innovación Educativa sobre el tema «Trauma y Escuela». También desarrollé un esquema de proyecto sobre el tratamiento del trauma en un contexto personal e histórico, como posible nueva oferta de Consciente. 

Fue sorprendente y satisfactorio darme cuenta de que podía utilizar prácticamente todo lo que había aprendido en mi vida, como en el desarrollo y la coordinación de proyectos, como psicóloga, terapeuta del trauma y mujer.

Por último, estoy especialmente satisfecha de haber podido desarrollar y llevar a cabo actividades con los tres programas y la Fundación en su conjunto, y de haber podido colaborar con casi todos los miembros del equipo. Además, pude conocer casi todo el espectro de actividades de Consciente. No puedo mencionar un proyecto específico que me haya impactado más que otro. En todas las actividades y experiencias me expresaban la profesionalidad alta y la creatividad en los 3 programas y sus proyectos. Me parece que siempre hemos hecho 1+1=3: sus conocimientos y experiencias junto con los míos se convertían en algo tercero, algo nuevo. Esto producía resultados mutuamente enriquecedores y estimulantes.

Alegría, conocimiento, experiencias, satisfacción…, me han hecho muy feliz, plena y sana aquí…
La pregunta de qué hace que un voluntariado tenga sentido me acompañó antes y durante mi estancia. En los recientes días de despedida mis compañeras y compañeros me han mostrado de una manera muy tocadora lo que pude aportar y lo que gané en Fundación Consciente. Eso me hace muy feliz!

Parece que pude aportar mucho con mi forma de ser, mi visión desde fuera y mi experiencia profesional y personal, sobre todo en la segunda mitad de mi estancia. Y sobre todo ha sido un intercambio y una complementación maravillosa  entre los conocimientos amplios del equipo y los míos. ¡Estoy muy agradecida y llena de alegría por esto!

 

Lo cierto es que yo aprendí y gané mucho, adquirí muchas nuevas percepciones y pude sumergirme por completo en este mundo tan diferente. Había muchas cosas que no entendía o que sólo entendía al cabo de un rato (también desde el punto de vista lingüístico, el acento del Oriente del país aun me cuesta… ;-), cada día surgían nuevos pensamientos y preguntas, pero aquí y allá un ¡ajá!

 

Ahora puedo llevarme a casa una bolsa llena de alegría y satisfacción. Sólo podré decir lo que durará dentro de unas semanas o meses. Volveré a Suiza con mis experiencias aquí y, entre otras cosas, podré transmitir una visión diferente de El Salvador y una descripción cariñosa del equipo y trabajo de Consciente. Lo más importante son los muchos pequeños encuentros y experiencias que han conformado la vida cotidiana aquí, sea en el equipo Consciente, en mi situación de vivienda o simplemente en la calle. Me han llegado al corazón y me han hecho muy feliz, plena y sana aquí.

Al equipo y a la Fundación Consciente deseo el ánimo  y la convicción para continuar su trabajo, a pesar de circunstancias difíciles!. Voy a llevar a todas y todos ustedes en mi corazón y me alegro mucho si tendremos una continuidad en nuestra cooperación y nuestro contacto.

 

¡Muchísimas gracias a todas y todos, de mi corazón profundo, por todo lo que hemos compartido!


Voluntariado de Claudia Rederer (Suiza) en Consciente desde el 23 de octubre de 2023 al 8 de marzo de 2024